En una roca antigua en el delta del río Carbonífero se encontró un escorpión de mar gigante, perteneciente al primer escorpión de mar grande registrado en el mundo.
Según Sci-News, el extraño escorpión de mar, llamado Hibbertopterus lamsdelli, existió durante el último período Kasimoviano de Pensilvania del período Carbonífero.
Aparece sorprendentemente intacto como un “monstruo sellado” en la antigua piedra de Kinney Quarry, condado de Bernalillo, estado de Nuevo México, EE. UU. El lecho donde estuvo confinado durante unos 303-307 millones de años es un lecho mayoritariamente de color ocre, de varias capas, que contiene formas de piedra caliza y es el tipo de roca que contiene fósiles.
La criatura, que fue analizada por un equipo dirigido por el Dr. Simon Braddy de la Universidad de Bristol en el Reino Unido, mostró que era miembro de la familia Hibbertopteridae, un grupo extinto de la Orden Eurypterida.
El orden Eurypterida es un orden de escorpiones marinos gigantes con alrededor de 250 especies pertenecientes a muchas familias diferentes. El recién excavado puede pertenecer a la cuarta especie más grande con una longitud de aproximadamente 1,1 m. La especie más grande de este orden tiene una longitud corporal de hasta 2,5 m.
Equipos de científicos han reconstruido una imagen de un escorpión de mar que es muy diferente de lo que llamamos “escorpiones” hoy en día, con un cuerpo con múltiples cámaras, una cabeza que lleva un caparazón como un gran escudo y muchas patas que brotan de la región de la cabeza, con flecos con espinas
La forma se reconstruye a través de la imagen de la criatura – (Foto: Biología Histórica).
Vivían en antiguos ríos y mares. A pesar de su enorme tamaño, los paleontólogos creen que no cazaban presas grandes, sino que se tumbaban en el fondo y comían pequeños crustáceos y gusanos.
La vida en el fondo del agua se muestra por el hecho de que los ojos están ubicados en la parte superior del caparazón en la parte superior.
La extraña criatura aún está siendo analizada. Las ideas preliminares sobre esto acaban de publicarse en la revista científica Biología Histórica.