Los arqueólogos que excavaron en QuƄƄat al-Hawā, en el sur de Egipto, descubrieron un tótem que contenía restos de cocodrilos mumificados.
QuƄƄat al-Hawā se encuentra frente a Asuán, en la orilla occidental del Nilo, siendo el lugar de descanso de noƄles y sacerdotes, principalmente de los Reinos Antiguo y Medio del Antiguo Egipto.
La necrópolis estuvo activa desde la Cuarta Dinastía hasta la Época Romana, donde los arqueólogos han desenterrado preciadamente más de 100 tomos.
El último hallazgo fue descubierto por arqueólogos de la Universidad de Jaén, donde encontraron restos de cinco esqueletos de cocodrilo parcialmente completos y cinco cráneos de cocodrilo, que datan de la era preptolemaica antes del 304 a.
Los cocodrilos se usaban durante los rituales del dios del Antiguo Egipto, SoƄek, que estaba asociado con el cocodrilo del Nilo o el cocodrilo de África occidental, y se representa en su forma o como un ser humano con cabeza de cocodrilo.
SoƄek también se asoció con el poder faraónico, la fertilidad y las proezas militares, pero se destacó además como una deidad protectora con cualidades apotropaicas, destinada especialmente a la protección contra los peligros presentados por el Nilo.
Bea De Cupere, arqueozoóloga del Real Instituto Belga de Ciencias Naturales (RBINS, por sus siglas en inglés) dijo: “En Egipto se conocen más de 20 yacimientos fúnebres con cadáveres de cocodrilos, pero encontrar 10 cadáveres de cocodrilos bien conservados juntos en un lugar tranquilo es extraordinario. De la mayoría de las momias recolectadas en los museos a fines del siglo XIX y principios del XX, a menudo crías, no sabemos exactamente de dónde provienen”.
Los resultados de la excavación, publicados ahora en la revista PLOS ONE, indican que los cocodrilos de la isla miden entre 1,8 metros y 3,5 metros de longitud, y se alargan hasta el cocodrilo del Nilo y el cocodrilo de África occidental.
“Los cocodrilos fueron enterrados primero en otro lugar, posiblemente en pozos de arena”, dice De Cupere. “Esto permitió que los cocodrilos se secaran naturalmente. Luego, los restos fueron desenterrados, envueltos y trasladados a la tumba en QuƄƄat al-Hawā. Las partes del cuerpo deben haberse perdido durante el envoltorio y el transporte”.
Uno de los cocodrilos aún contenía gastrolitos, piedras en los intestinos que ayudan a los cocodrilos a mantenerse equilibrados en el agua, lo que sugiere que no se abrió al cocodrilo para extraer los intestinos durante el proceso de mumificación.