El ejército de EEUU ha dado un nuevo paso en su plan de desarrollar una nave espacial con un propulsor termonuclear que esté lista para orbitar la Tierra en 2026
La Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa del ejército estadounidense (DARPA) ha lanzado una convocatoria de propuestas para desarrollar un motor de propulsión nuclear para su proyecto DRACO (Demonstration Rocket for Agile Cislunar Operations). El objetivo de este programa es demostrar la eficacia de este tipo de propulsores en los vuelos espaciales que tendrán lugar entre la Tierra y la Luna.
DRACO arrancó su primera fase hace más de dos años. En aquel momento DARPA seleccionó un diseño preliminar para un reactor de motor de cohete termonuclear desarrollado por la compañía General Atomics. También eligió dos diseños para las naves espaciales que lo iban a llevar: uno de Blue Origin y otro de Lockheed Martin.
Una nave termonuclear para 2026
Para las fases dos y tres, la agencia de defensa está buscando nuevas ideas para el diseño, el desarrollo, la fabricación y el montaje del motor termonuclear. Su objetivo es encontrar un prototipo que se pueda lanzar al espacio en el año 2026 y que demuestre la eficacia de estos propulsores para trayectos en el espacio cislunar, la distancia que hay entre la Tierra y la Luna.
Según explica la propia DARPA, estos sistemas de propulsión consiguen una elevada relación empuje-peso muy parecida a la de la propulsión química tradicional, pero con una eficacia entre dos y cinco veces mayor.
También hay empresas privadas trabajando en este tipo de motores, como el de fusión nuclear que propone Pulsar. (Pulsar)
«Estados Unidos se basa en la maniobrabilidad para mantener ventajas en los dominios terrestre, marítimo y aéreo. Sin embargo, esa maniobrabilidad es más difícil en el espacio debido a las limitaciones de los sistemas de propulsión», dijo el mayor Nathan Greiner, director del programa en la Oficina de Tecnología Táctica de DARPA. «Para mantener la superioridad tecnológica en el espacio, Estados Unidos necesita una tecnología de propulsión de vanguardia».
En la tercera fase del proyecto se procederá a construir el demostrador que albergue el propulsor termonuclear y que sirva para realizar la prueba de vuelo en la órbita terrestre. DARPA también cuenta con la colaboración de la NASA para este proyecto.
La NASA quiere estos motores para llegar a Marte
La agencia espacial americana además de este proyecto también tiene en marcha otros programas para desarrollar propulsores nucleares para sus naves espaciales. Aunque por ahora el foco de la NASA está en la misión Artemisa, que pretende llevar a los humanos de nuevo a la Luna, el siguiente paso será mandar misiones tripuladas a Marte. Sin embargo, la duración del viaje con humanos a bordo sigue siendo un problema. Hay que esperar la alineación planetaria óptima para volver y eso significa un total de más de tres años, según los cálculos de la NASA.
Uno de los conceptos de nave de propulsión nuclear térmica de la NASA (NASA)
“El objetivo de la NASA es minimizar el tiempo de viaje de la tripulación entre la Tierra y Marte a una duración lo más cercana posible a los dos años”, dice el comunicado de la agencia espacial estadounidense. “Los sistemas de propulsión nuclear espacial podrían acortar el tiempo total de la misión y proporcionar una mayor flexibilidad y eficiencia a los diseñadores de la misma”.
Pero los americanos no son los únicos que andan detrás de esta tecnología. Las agencias espaciales de todo el mundo también están investigando formas alternativas de propulsión. Nuestra ESA, por ejemplo, tiene en marcha desde hace casi una década un proyecto que busca desarrollar un motor espacial de fusión abierto. Y China, como no, ya ha dicho que está trabajando para poder desplegar una flota de naves nucleares para 2050.
Fuente: mundooculto.es